viernes, mayo 17, 2013
Sr. Wert, mi hija ¿podrá optar al aprobado y a una beca si le canta esta canción?
Esta misma tarde,...ya se la está aprendiendo.
"La nota de Religión en la escuela contará como las demás para conseguir becas".
"El Gobierno cede a los obispos y pone la Religión a la altura de las Matemáticas".
"La Ley Wert sale adelante...."
Esta misma tarde,...ya se la está aprendiendo.
"La nota de Religión en la escuela contará como las demás para conseguir becas".
"El Gobierno cede a los obispos y pone la Religión a la altura de las Matemáticas".
"La Ley Wert sale adelante...."
"La Fiscalía pide 5 años de cárcel para 20 participantes en el escrache al Parlament, que se produjo el 15 de junio de 2011"...........mientras, siguen muchos "banqueros" paseando....y algún que otro "politicucho" corrupto votando.
La justicia es igual para todos......a veces si, otras veces no.
La justicia es igual para todos......a veces si, otras veces no.
¿Fin de semana primaveral?......siempre con música es mejor.
Austra "home"
Taken by Trees "only you"
Portugal the Man "purple yellow red & blue"
Pet Shop Boys "axis"
Beach Day "beach day"
Blondfire "waves"
Little Boots "broken record"
Sir Sly "found you out"
Empire of the Sun "alive"
Youngblood Hawke "we come running"
Lori Meyers "planilandia"
Laura Marling "master hunter"
Reptile Youth "fear"
Daft Punk - Get Lucky (CSS acoustic cover version) - NME Office Session.
Daft Punk - Get Lucky (Ft.Pharrell Williams & Nile Rodgers) - FAN EDIT
jueves, mayo 16, 2013
"Ryanair promete 15 millones de pasajeros más en España si le recortan tasas".........y 15 millones menos si les recortan las alas......jajajajajajjajajajajajjaja.....
Qué le quiten los motores y todos con unas alas pegadas a lo brazos y a "remar"!!!!!......como en las galeras romanas.........Con eso te traigo 25 millones de pasajeros y unos cuantos esclavos.
Qué le quiten los motores y todos con unas alas pegadas a lo brazos y a "remar"!!!!!......como en las galeras romanas.........Con eso te traigo 25 millones de pasajeros y unos cuantos esclavos.
"Ignominia" - Maruja Torres.
"Ignominia" - Maruja Torres.
"Vivimos en un tiempo de canallas sumidos en un estado de necedad
permanente. Lo interesante para quienes somos víctimas del navajismo
institucional, de lo que ha dado en llamarse su violencia simbólica,
es averiguar qué nació primero. Si el ser canalla o el ser necio. Quién
alimenta a quién. O si el canalla, al saberse aupado por sus pares a la
cresta del capitalismo caníbal, ha perdido toda compostura, todo pudor,
y no le importa en lo más mínimo que su retorcida necedad se exhiba en
plaza pública. ¿Quién va a bajarme de la cima? ¿A mí? Vamos, hombre.
Así es como los Wert, Ruiz-Gallardón, Margallo, Morenés y Rajoy, por citar solo a algunos; las Báñez, Botella, Cifuentes y Cospedal, por mencionar a unas pocas otras. Así es como los directivos de la televisión pública y sus palmeros, y los guerra civilistas de los periódicos insanos. Así es como los ejecutivos de las grandes empresas y de los grandes bancos que se blindan los sueldos y las pensiones y los bonos... Así es, termino por fin la frase —en algún momento hay que hacerlo, pero sujetos no faltan—, así es como toda esta banda de añejos arribistas se carcajea de nosotros. Pisoteando nuestros cráneos y sin importarles la vergüenza ajena que sus dislates nos provocan.
“¡Mira, madre! ¡Estoy en la cima del mundo!”, gritaba al final de Al rojo vivo, la película de Roul Walsh, el asesino nato Cody Jarret, héroe negativo de una época turbulenta.
Estos depredadores de ahora se gritan los unos a los otros: mira chico, yo también he llegado, y cada día se me ocurre algo más necio. Los de abajo, los desangrados, empezamos a añorar a los clásicos gánsteres.
Hay más dignidad en la uña del meñique de un desahuciado que en toda la cúpula que nos aniebla".
Así es como los Wert, Ruiz-Gallardón, Margallo, Morenés y Rajoy, por citar solo a algunos; las Báñez, Botella, Cifuentes y Cospedal, por mencionar a unas pocas otras. Así es como los directivos de la televisión pública y sus palmeros, y los guerra civilistas de los periódicos insanos. Así es como los ejecutivos de las grandes empresas y de los grandes bancos que se blindan los sueldos y las pensiones y los bonos... Así es, termino por fin la frase —en algún momento hay que hacerlo, pero sujetos no faltan—, así es como toda esta banda de añejos arribistas se carcajea de nosotros. Pisoteando nuestros cráneos y sin importarles la vergüenza ajena que sus dislates nos provocan.
“¡Mira, madre! ¡Estoy en la cima del mundo!”, gritaba al final de Al rojo vivo, la película de Roul Walsh, el asesino nato Cody Jarret, héroe negativo de una época turbulenta.
Estos depredadores de ahora se gritan los unos a los otros: mira chico, yo también he llegado, y cada día se me ocurre algo más necio. Los de abajo, los desangrados, empezamos a añorar a los clásicos gánsteres.
Hay más dignidad en la uña del meñique de un desahuciado que en toda la cúpula que nos aniebla".
Dar la cara por las pensiones.
Ya me estoy imaginando la portada de La Razón o esta noche en 13tv e intereconomía: "viejos pellejos "nazis" y algunos "terrorístas", más viejos que la tana, piden a Mariano que no les quiten sus pensiones pagadas por todos los españoles.....Qué se se les paguen sus amigos de la "ceja"!!!!".
Mesa Estatal Pro-referéndum de las Pensiones (MERP)
Mesa Estatal Pro-referéndum de las Pensiones (MERP)
Margallo, también "vive en el lío" como Mariano: "Sabemos lo que ha pasado, pero no cómo solucionarlo".
"Lagarde alerta sobre el aumento en la desigualdad de ingresos a nivel global".......debemos recordaros entonces: "Lagarde cobrará 324.000 euros netos al frente del FMI"
Gracias Christine, por recordarnos estas desigualdades.
Gracias Christine, por recordarnos estas desigualdades.
Si todos nuestros jovenes rechazarán todas esas prácticas no remuneradas, como hizo Carlos,.....habría más trabajo en Españistán.
"Vivir por encima de nuestras posibilidades" - Rafael R. Tranche.
"Vivir por encima de nuestras posibilidades" - Rafael R. Tranche.
"El 7 de septiembre de 2011 el Senado aprobaba la reforma del artículo 135 de la Constitución Española limitando el techo de gasto de las Administraciones según los márgenes establecidos por la Unión Europea. Límite fundamentado por la necesidad de salvaguardar la “estabilidad presupuestaria”. Sin embargo, bajo este propósito queda enquistada en nuestra Carta Magna la obligación de satisfacer el pago de la deuda como objetivo prioritario de la gestión pública con independencia de otras necesidades. Al tiempo, fija en el cuerpo social el estigma de lo público como algo gravoso cuyos excesos hay que vigilar y limitar. “No se puede gastar lo que no se tiene”, dirá después Rajoy. En realidad, este supuesto dispendio, amplificado por los casos de corrupción y despilfarro que han creado tanta alarma mediática y social, es en gran medida el resultado de subordinar la financiación de la deuda al juego especulativo de los mercados financieros.
Pero este cuadro no tiene nada de frío diagnóstico económico. Encierra una estrategia política doble: establecer una estricta correlación entre deuda y recortes (sociales, se entiende) y trasladar el peso de la deuda sobre la conciencia colectiva. Como ya experimentan las sociedades griega, portuguesa y española, el tándem deuda / recortes ha entrado en un círculo vicioso cuya única solución sería purgar al Estado por su obesidad mórbida. Es decir, acometer “reformas” estructurales que corregirían el derroche de lo público hasta equilibrarlo con la eficacia de lo privado. Porque ahí donde se elimina gasto social aparece, casualmente, un nicho de mercado. Esta idea no sería compartida o soportada si no fuera legitimada por la segunda estrategia: todos somos deudores y debemos responder por ese déficit. Invocación a la autoinculpación dialécticamente atrapada en la telaraña de la corresponsabilidad colectiva: “Sin las renuncias parciales de cada uno la recuperación de todos es imposible”, asegura nuevamente Rajoy. Esta “socialización de la culpa” se ha revelado una coartada realmente eficaz, pues exime a los verdaderos causantes al diluir sus responsabilidades en el conjunto de la ciudadanía. Es lo que salmodian algunos voceros desde distintas instancias del poder: “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. La frase merece ser diseccionada, pues en su inclusión enunciativa y ambigua ejemplaridad encuentra su mayor consenso: “yo”, el que la pronuncia, también me señalo y con ello refuerzo la admonitoria responsabilidad; aunque eso sí, sin determinar la mía. Además, revela un diagnóstico sobre el pasado y un designio sobre el futuro: antes disfrutábamos de una prosperidad inmerecida que ahora debemos pagar. Pero hay más, equipara ese hipotético exceso de bienestar colectivo para que el castigo sea asumido en igual medida.
Y, ciertamente, la culpa y el castigo inspiran buena parte de las medidas que los gobernantes adoptan actualmente. En este punto, los discursos oficiales y su vocabulario (sacrificios, austeridad, rigor, medidas dolorosas, esfuerzos...) han conseguido una gran aceptación: cuando la culpa se comparte resultan más cercanas y cotidianas las causas de la crisis. Es más, se puede aplicar una estigmatización selectiva de la sociedad (por gremios, edades, condición social), jaleada por una suerte de rencor hacia el otro, que hace razonable su castigo (aunque sea el más necesitado) y tolerable el propio. Se penaliza a los trabajadores que enferman descontándoles parte de su sueldo, se penaliza a los enfermos que “abusan” de las medicinas y los tratamientos, se penaliza a los estudiantes repetidores incrementándoles las matrículas... Una lógica que siempre admitirá una vuelta de tuerca más al investirse de discurso moral, circunstancia que ya advirtió Max Weber a propósito del influjo de la ética protestante en el capitalismo. No solo eso, legitimada su aplicación como signo de buen gobierno, naturaliza sus efectos: todo castigo debe someter al culpable a la experiencia purificadora del dolor. “Gobernar, a veces, es repartir dolor” sentencia Gallardón. Las consecuencias de este “sufrimiento inevitable” no se han hecho esperar: un alarmante incremento de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, según revela el último informe FOESSA (Análisis y perspectivas 2013: desigualdad y derechos sociales).
Desde el “discurso de la deuda”, todo ello no sería más que un sacrificio necesario y la constatación de que los expulsados del sistema no se han esforzado lo necesario (por tanto, se les puede abandonar a su suerte). Porque nunca es suficiente: “Tenemos que cambiar y ponernos a trabajar más todos porque, de lo contrario, España será intervenida”, nos diagnostica Juan Roig, el adalid de la “cultura del esfuerzo” a la china. Y ya sabemos que ahora trabajar más es sinónimo de ganar menos. De ahí que la sombra de la mala conciencia se cierna también sobre las negociaciones salariales. Aceptar la reducción del salario es admitir implícitamente esa supuesta parte de responsabilidad en la crisis y asumir como propia, cuando no hay acuerdo, la decisión del despido de otros trabajadores.
Un peculiar sentido de la responsabilidad que llevaba al PP a establecer un insólito silogismo el pasado 14 de noviembre con motivo de la huelga general. Ese día, el argumentario distribuido entre sus dirigentes afirmaba: “La huelga general supone un coste de millones de euros que podrían destinarse al gasto social”. Es decir, los huelguistas serían culpables no solo de lo no producido (con el consiguiente perjuicio para la marca España), sino de que su montante económico no se hubiera traducido mágicamente en gasto social. En suma, sus reivindicaciones irresponsables quedarían deslegitimadas por insolidarias. Apurando esta lógica, cualquier reivindicación o protesta sería un gesto de desobediencia irresponsable a ese nuevo orden dictado desde el rigor presupuestario y la contención salarial.
Y es que, en ese círculo vicioso de la deuda, la única salida posible parece ser la austeridad, un dogma moralmente irreprochable, que promete llevarnos a la expiación económica. Bajo sus designios el Estado quedaría paulatinamente liberado de todo compromiso social y el individuo a merced de la mercantilización de todos los servicios públicos. No solo eso, al igual que en los tiempos de bonanza el crédito alimentaba nuestros sueños de prosperidad, la deuda hipoteca ahora las perspectivas de futuro: paro o empleo precario a cambio de pensiones exiguas o privatizadas para disfrutar cada vez más tarde. Un destino determinado por lo que el filósofo Patrick Viveret denomina “sideración económica”: no hay otra alternativa y hasta las víctimas lo creen así y aceptan su condición.
Paradójicamente, en este marco conceptual apenas se menciona a los propietarios de “nuestra deuda”, ¿quiénes son y por qué les debemos? ¿Cómo han logrado reescribir nuestra Constitución? Es comprensible que no se pronuncien sus nombres o se muestren sus rostros. Los que gobiernan al dictado de sus designios también les deben mucho".
“Los créditos para satisfacer los intereses y
el capital de la deuda pública de las Administraciones
se entenderán siempre incluidos en el estado
de gastos de sus presupuestos y su pago
gozará de prioridad absoluta”.
Artículo 135 reformado de la Constitución.
el capital de la deuda pública de las Administraciones
se entenderán siempre incluidos en el estado
de gastos de sus presupuestos y su pago
gozará de prioridad absoluta”.
Artículo 135 reformado de la Constitución.
"El 7 de septiembre de 2011 el Senado aprobaba la reforma del artículo 135 de la Constitución Española limitando el techo de gasto de las Administraciones según los márgenes establecidos por la Unión Europea. Límite fundamentado por la necesidad de salvaguardar la “estabilidad presupuestaria”. Sin embargo, bajo este propósito queda enquistada en nuestra Carta Magna la obligación de satisfacer el pago de la deuda como objetivo prioritario de la gestión pública con independencia de otras necesidades. Al tiempo, fija en el cuerpo social el estigma de lo público como algo gravoso cuyos excesos hay que vigilar y limitar. “No se puede gastar lo que no se tiene”, dirá después Rajoy. En realidad, este supuesto dispendio, amplificado por los casos de corrupción y despilfarro que han creado tanta alarma mediática y social, es en gran medida el resultado de subordinar la financiación de la deuda al juego especulativo de los mercados financieros.
Pero este cuadro no tiene nada de frío diagnóstico económico. Encierra una estrategia política doble: establecer una estricta correlación entre deuda y recortes (sociales, se entiende) y trasladar el peso de la deuda sobre la conciencia colectiva. Como ya experimentan las sociedades griega, portuguesa y española, el tándem deuda / recortes ha entrado en un círculo vicioso cuya única solución sería purgar al Estado por su obesidad mórbida. Es decir, acometer “reformas” estructurales que corregirían el derroche de lo público hasta equilibrarlo con la eficacia de lo privado. Porque ahí donde se elimina gasto social aparece, casualmente, un nicho de mercado. Esta idea no sería compartida o soportada si no fuera legitimada por la segunda estrategia: todos somos deudores y debemos responder por ese déficit. Invocación a la autoinculpación dialécticamente atrapada en la telaraña de la corresponsabilidad colectiva: “Sin las renuncias parciales de cada uno la recuperación de todos es imposible”, asegura nuevamente Rajoy. Esta “socialización de la culpa” se ha revelado una coartada realmente eficaz, pues exime a los verdaderos causantes al diluir sus responsabilidades en el conjunto de la ciudadanía. Es lo que salmodian algunos voceros desde distintas instancias del poder: “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. La frase merece ser diseccionada, pues en su inclusión enunciativa y ambigua ejemplaridad encuentra su mayor consenso: “yo”, el que la pronuncia, también me señalo y con ello refuerzo la admonitoria responsabilidad; aunque eso sí, sin determinar la mía. Además, revela un diagnóstico sobre el pasado y un designio sobre el futuro: antes disfrutábamos de una prosperidad inmerecida que ahora debemos pagar. Pero hay más, equipara ese hipotético exceso de bienestar colectivo para que el castigo sea asumido en igual medida.
Y, ciertamente, la culpa y el castigo inspiran buena parte de las medidas que los gobernantes adoptan actualmente. En este punto, los discursos oficiales y su vocabulario (sacrificios, austeridad, rigor, medidas dolorosas, esfuerzos...) han conseguido una gran aceptación: cuando la culpa se comparte resultan más cercanas y cotidianas las causas de la crisis. Es más, se puede aplicar una estigmatización selectiva de la sociedad (por gremios, edades, condición social), jaleada por una suerte de rencor hacia el otro, que hace razonable su castigo (aunque sea el más necesitado) y tolerable el propio. Se penaliza a los trabajadores que enferman descontándoles parte de su sueldo, se penaliza a los enfermos que “abusan” de las medicinas y los tratamientos, se penaliza a los estudiantes repetidores incrementándoles las matrículas... Una lógica que siempre admitirá una vuelta de tuerca más al investirse de discurso moral, circunstancia que ya advirtió Max Weber a propósito del influjo de la ética protestante en el capitalismo. No solo eso, legitimada su aplicación como signo de buen gobierno, naturaliza sus efectos: todo castigo debe someter al culpable a la experiencia purificadora del dolor. “Gobernar, a veces, es repartir dolor” sentencia Gallardón. Las consecuencias de este “sufrimiento inevitable” no se han hecho esperar: un alarmante incremento de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, según revela el último informe FOESSA (Análisis y perspectivas 2013: desigualdad y derechos sociales).
Desde el “discurso de la deuda”, todo ello no sería más que un sacrificio necesario y la constatación de que los expulsados del sistema no se han esforzado lo necesario (por tanto, se les puede abandonar a su suerte). Porque nunca es suficiente: “Tenemos que cambiar y ponernos a trabajar más todos porque, de lo contrario, España será intervenida”, nos diagnostica Juan Roig, el adalid de la “cultura del esfuerzo” a la china. Y ya sabemos que ahora trabajar más es sinónimo de ganar menos. De ahí que la sombra de la mala conciencia se cierna también sobre las negociaciones salariales. Aceptar la reducción del salario es admitir implícitamente esa supuesta parte de responsabilidad en la crisis y asumir como propia, cuando no hay acuerdo, la decisión del despido de otros trabajadores.
Un peculiar sentido de la responsabilidad que llevaba al PP a establecer un insólito silogismo el pasado 14 de noviembre con motivo de la huelga general. Ese día, el argumentario distribuido entre sus dirigentes afirmaba: “La huelga general supone un coste de millones de euros que podrían destinarse al gasto social”. Es decir, los huelguistas serían culpables no solo de lo no producido (con el consiguiente perjuicio para la marca España), sino de que su montante económico no se hubiera traducido mágicamente en gasto social. En suma, sus reivindicaciones irresponsables quedarían deslegitimadas por insolidarias. Apurando esta lógica, cualquier reivindicación o protesta sería un gesto de desobediencia irresponsable a ese nuevo orden dictado desde el rigor presupuestario y la contención salarial.
Y es que, en ese círculo vicioso de la deuda, la única salida posible parece ser la austeridad, un dogma moralmente irreprochable, que promete llevarnos a la expiación económica. Bajo sus designios el Estado quedaría paulatinamente liberado de todo compromiso social y el individuo a merced de la mercantilización de todos los servicios públicos. No solo eso, al igual que en los tiempos de bonanza el crédito alimentaba nuestros sueños de prosperidad, la deuda hipoteca ahora las perspectivas de futuro: paro o empleo precario a cambio de pensiones exiguas o privatizadas para disfrutar cada vez más tarde. Un destino determinado por lo que el filósofo Patrick Viveret denomina “sideración económica”: no hay otra alternativa y hasta las víctimas lo creen así y aceptan su condición.
Paradójicamente, en este marco conceptual apenas se menciona a los propietarios de “nuestra deuda”, ¿quiénes son y por qué les debemos? ¿Cómo han logrado reescribir nuestra Constitución? Es comprensible que no se pronuncien sus nombres o se muestren sus rostros. Los que gobiernan al dictado de sus designios también les deben mucho".
Rafael R. Tranche es profesor titular en la Universidad Complutense de Madrid.
La princesa del pueblo.......Princesa Letizia: "La crisis tiene su propio lenguaje. No es lo mismo decir resstructuración que recortes"...."La crisis tiene su propio lenguaje y la utilización puede ser intencionada. No es lo mismo decir ayuda que rescate".......Se la van a comer con patatas......y la portada de La Razón puede ser apoteósica!!!!!!
"reducción entre un 40 y un 45% de las pagas extras de diciembre de este año y julio de 2014 al personal laboral y funcionarios de la Comunidad de Murcia, que lograría un ahorro de 80 millones".............No preocuparos "Malditos Funcionarios"....todo sea por el nuevo aeropuerto de Corvera.....que es muy necesario y bonito.....e incluso por la Paramount, gran parque de atracciones que solucionará los problemas del paro regionales y dará mucho dinero.....o por el SOS 4.8, que es lo que más dinero aporta a nuestra Comunidad Autónoma (palabrita de "Nerón").....pero claro, los 20 millones de euros que aportó el SOS 4.8 son para otras cosas.......jajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajjajajaja.......
No hablo ya de los "Putos Interinos", porque estos ya tienen otros problemas.....aparte de sus sueldos y de estar más tranquilos que sus "superiores" "Malditos Funcionarios".
No hablo ya de los "Putos Interinos", porque estos ya tienen otros problemas.....aparte de sus sueldos y de estar más tranquilos que sus "superiores" "Malditos Funcionarios".
Yo creo que si el aborto se le hubiera practicado en la Arrixaca seguramente no habría ocurrido nada de esto.......Ya que en el hospital de La Arrixaca hay más medios,......pero como los facultativos de La Arrixaca, hacen "objeción", no practican abortos.....Por cierto, una "objención" que tendría que estar prohibida.
miércoles, mayo 15, 2013
Al primo de Mariano y a mi nos parece bien el cierre del Observatorio de la Sostenibilidad en Españistán......Eso del cambio climático son milongas y memeces.
martes, mayo 14, 2013
El contrato único.
Hay muchos tipos de contratos únicos:
1º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos en unas condiciones laborales excelentes, con 8 horas de curro, sin horas extras, pero cobrando 50.000 euros al año...y si nos despiden con una indemnización de 5 millones de euros.....para poder seguir consumiendo.....y el capitalismo no caiga.
2º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos con unas condiciones laborales éticas y morales justas, con 8 horas de curro, sin horas extras, y cobrando un sueldo justo y razonable para poder vivir decentemente (de 1000 euros a 3000 euros)...con el incremento justo según el IPC.....y donde te puedan despedir con un despido justo.
3º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos por 400 euros y manteniendo "un poquito de por favor" en las condiciones laborales, con 12 horas de curro, con horas extras y el despido sea libre y gratuito......ya veremos quien consume.....pero esto les debe molar a algunos que yo conozco.
4º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos por un plato de comida, sin unas claras y escritas condiciones laborales, donde nos parezcamos a Bangladesh, por poner "un gran ejemplo laboral".....y donde el despido sea la propia muerte.....En cuanto te mueras tendremos a otro esperando ese plato de comida.
¿Por cúal te inclinas?.....¿Cúal le gustará más a los grandes empresarios españoles?....Ellos ya experimentan alguno de estos tipos de contratos en algunos países de esos que llaman subdesarrollados y que ahora mismo no paran de crecer,....gracias a las condiciones laborales de puro esclavismo.
Después en nuestro país, Españistán, tenemos grandes ejemplos de contratos únicos:
"Bauzá nombra a Miss Balears 2009 como su nueva secretaria de confianza: 50.023 euros al año"
"Fabra coloca al líder valenciano de Nuevas Generaciones con un sueldo de 45.000 euros al año".
"Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones, cobra 50.474 euros anuales por ayudar a una concejal".
Ya se que he puesto ejemplos "populistas", me lo podéis recriminar.....ya que seguro que hay, también, grandes ejemplos en la "rojería" de Españistán.
1º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos en unas condiciones laborales excelentes, con 8 horas de curro, sin horas extras, pero cobrando 50.000 euros al año...y si nos despiden con una indemnización de 5 millones de euros.....para poder seguir consumiendo.....y el capitalismo no caiga.
2º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos con unas condiciones laborales éticas y morales justas, con 8 horas de curro, sin horas extras, y cobrando un sueldo justo y razonable para poder vivir decentemente (de 1000 euros a 3000 euros)...con el incremento justo según el IPC.....y donde te puedan despedir con un despido justo.
3º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos por 400 euros y manteniendo "un poquito de por favor" en las condiciones laborales, con 12 horas de curro, con horas extras y el despido sea libre y gratuito......ya veremos quien consume.....pero esto les debe molar a algunos que yo conozco.
4º - un contrato único donde todos los españoles trabajemos por un plato de comida, sin unas claras y escritas condiciones laborales, donde nos parezcamos a Bangladesh, por poner "un gran ejemplo laboral".....y donde el despido sea la propia muerte.....En cuanto te mueras tendremos a otro esperando ese plato de comida.
¿Por cúal te inclinas?.....¿Cúal le gustará más a los grandes empresarios españoles?....Ellos ya experimentan alguno de estos tipos de contratos en algunos países de esos que llaman subdesarrollados y que ahora mismo no paran de crecer,....gracias a las condiciones laborales de puro esclavismo.
Después en nuestro país, Españistán, tenemos grandes ejemplos de contratos únicos:
"Bauzá nombra a Miss Balears 2009 como su nueva secretaria de confianza: 50.023 euros al año"
"Fabra coloca al líder valenciano de Nuevas Generaciones con un sueldo de 45.000 euros al año".
"Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones, cobra 50.474 euros anuales por ayudar a una concejal".
Ya se que he puesto ejemplos "populistas", me lo podéis recriminar.....ya que seguro que hay, también, grandes ejemplos en la "rojería" de Españistán.
Una pena de país.....ayyyy!!!!!....que no me acordaba que vivíamos en Españistán.
"El mejor físico joven de Europa es gallego pero no tiene sitio en España".
"El mejor físico joven de Europa es gallego pero no tiene sitio en España".
Lo de TVE es ya de escándalo "casposo".......
Eso, eso.....burkas ya!!!!!!......que enseñáis mucho las rodillas......y no olvidaros de rezar!!!!!.....
Esto de TVE me parece una locura "casposa".....jajajajjajajajajajajaaaaaaaaa
Según TVE esto es indecoroso:
Según TVE esto es decoroso:
Según TVE y "yo" estos son unos "marranos":
jajajjajajajajjajajajajajajajajajajjajajja......
Y si queréis aprender, las mujeres, como debéis de vestir....."moda en la mujer católica,....sea femenina use faldas"......siguiendo los consejos de TVE......
Increible.....esto de TVE.
Esto de TVE me parece una locura "casposa".....jajajajjajajajajajajaaaaaaaaa
Según TVE esto es indecoroso:
Según TVE esto es decoroso:
Según TVE y "yo" estos son unos "marranos":
jajajjajajajajjajajajajajajajajajajjajajja......
Y si queréis aprender, las mujeres, como debéis de vestir....."moda en la mujer católica,....sea femenina use faldas"......siguiendo los consejos de TVE......
Increible.....esto de TVE.
lunes, mayo 13, 2013
A Javier Fernández no le gustan las "parodias".....pero le gusta mucho más privatizar y repartir entre sus amiguitos el "pastel" de la Sanidad Pública.....
A mí las expresiones o las opiniones de este "memo" de Consejero no me parecen dignas de respeto.
A mí las expresiones o las opiniones de este "memo" de Consejero no me parecen dignas de respeto.
Mariano: "La reforma laboral que hemos hecho ha sido muy positiva".......pues desde Europa nos están apremiando para que hagamos otra reforma laboral más positiva.
"El día en que Zapatero debió dimitir y dar una lección de democracia" - MARCO SCHWARTZ.
"El día en que Zapatero debió dimitir y dar una lección de democracia" - MARCO SCHWARTZ.
"En un día como hoy, hace tres años, el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunció en el Congreso de los Diputados un plan de recortes que la prensa calificó como el mayor tijeretazo social de la democracia (y que, visto en perspectiva, era tímido en relación con los hachazos que vendrían con el Gobierno del PP). Tres días antes, Zapatero había sido llamado a capítulo por la UE y la canciller Merkel. Cada vez son más los simpatizantes socialistas que opinan que lo que debió hacer el presidente aquel 12 de mayo de 2010 fue dimitir y convocar elecciones, ya fuera para marcharse sin adoptar unas medidas que chocaban con su programa o, si estaba convencido de la utilidad o inevitabilidad de las mismas, para pedir un nuevo voto de confianza de los electores después de explicarles con claridad qué se disponía a hacer en el nuevo mandato. Pero Zapatero no solo no dimitió, sino que a partir de aquel momento inició una espiral de actuaciones que enconaron de manera creciente el ánimo de los simpatizantes del PSOE y provocaron la hecatombe electoral del 20 de noviembre de 2011.
En un primer momento, el presidente exhibió una mezcla de gravedad y turbación al anunciar los ajustes. Dos meses más tarde, cualquier atisbo de vacilación había desaparecido. Zapatero se mostraba convencido de sus decisiones y se presentaba como un mártir incomprendido por los suyos pero dispuesto a sacrificarse por España. “Voy a seguir ese camino, cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”, proclamó en el Debate sobre el estado de la nación de julio de 2010. Siguieron en el tiempo fotografías que lo mostraban complacido tras recibir las felicitaciones de Merkel y el FMI o rodeado en la Moncloa de los más grandes empresarios del país, que no cesaban de pedir más recortes, reformas y bajadas salariales.
La indignación fue en constante aumento. El 29 de septiembre de 2010 se produjo una huelga general y el 15 de mayo de 2011 surgió como una tromba el Movimiento 15-M, un fenómeno contestatario novedoso que exigía una “democracia real”. Una semana después, las elecciones autonómicas del 22 de mayo supusieron una severa derrota del PSOE, que era sólo un abrebocas de la próxima debacle en las generales. Pero Zapatero estaba desatado con sus reformas, convencido de que se estaba sacrificando por el bien de los españoles y ajeno a la contestación desde sus propias filas, sobre todo de los barones que habían sido arrollados en las elecciones autonómicas.
El 26 de agosto de 2011 se produjo un acontecimiento que, para muchos simpatizantes socialistas, constituye uno de las mayores vergüenzas en la historia reciente del partido: Zapatero, previo acuerdo con Rajoy, presentó un proyecto de ley para modificar la Constitución e introducir la obligación de la estabilidad presupuestaria como mandato constitucional. El artículo 135 de la Carta Magna fue reformado con los votos de PSOE y PP de modo que no solo consagra el equilibrio presupuestario, sino que otorga “prioridad absoluta” al pago de la deuda a los acreedores por encima de cualquier otra consideración. No hubo un referédum posterior para que los ciudadanos se pronunciaran.
El 20 de noviembre de 2011 se produjo la anunciada catástrofe electoral. Pero, poco antes de marcharse, con su Gobierno en funciones, Zapatero tomó el 25 de noviembre una decisión que para muchos ciudadanos quedará como símbolo de la sumisión del poder político al financiero: indultó al consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, condenado por el Tribunal Supremo, y añadió en el indulto una disposición que eliminaba los antecedentes penales del banquero de modo que pudiera seguir ejerciendo su cargo. Más tarde, en febrero de 2013, el tribunal anuló esa coletilla en una sentencia en que criticaba con dureza al ya expresidente del Gobierno. El indulto se produjo en un momento de máxima indignación popular contra los banqueros, a los que se veía como los principales causantes de la crisis.
Todo esto ocurrió después de aquel tempestuoso 12 de mayo de 2010 en que Zapatero pegó un volantazo a su política ante las presiones de la UE, Alemania y EEUU. Por supuesto que su mandato, que se prolongó más de siete años, tiene muchos otros aspectos que habría que poner en la balanza para hacer la valoración gobal de su legado. Con respecto a las opiniones de que Zapatero debió dimitir y convocar elecciones antes de acometer las reformas neoliberales, él podrá alegar -y lo ha hecho- que la situación era tan apremiante que no permitía dilaciones. Pero son muchos los ciudadanos que rechazan ese argumento y consideran que el presidente perdió una oportunidad de oro para dar una lección de democracia. Además, los acontecimientos han demostrado que todas esas políticas iniciadas por Zapatero, y continuadas con más entusiasmo por Rajoy, tienen sumida a España en el abismo.
¿Tan difícil es dimitir?"
"En un día como hoy, hace tres años, el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunció en el Congreso de los Diputados un plan de recortes que la prensa calificó como el mayor tijeretazo social de la democracia (y que, visto en perspectiva, era tímido en relación con los hachazos que vendrían con el Gobierno del PP). Tres días antes, Zapatero había sido llamado a capítulo por la UE y la canciller Merkel. Cada vez son más los simpatizantes socialistas que opinan que lo que debió hacer el presidente aquel 12 de mayo de 2010 fue dimitir y convocar elecciones, ya fuera para marcharse sin adoptar unas medidas que chocaban con su programa o, si estaba convencido de la utilidad o inevitabilidad de las mismas, para pedir un nuevo voto de confianza de los electores después de explicarles con claridad qué se disponía a hacer en el nuevo mandato. Pero Zapatero no solo no dimitió, sino que a partir de aquel momento inició una espiral de actuaciones que enconaron de manera creciente el ánimo de los simpatizantes del PSOE y provocaron la hecatombe electoral del 20 de noviembre de 2011.
En un primer momento, el presidente exhibió una mezcla de gravedad y turbación al anunciar los ajustes. Dos meses más tarde, cualquier atisbo de vacilación había desaparecido. Zapatero se mostraba convencido de sus decisiones y se presentaba como un mártir incomprendido por los suyos pero dispuesto a sacrificarse por España. “Voy a seguir ese camino, cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”, proclamó en el Debate sobre el estado de la nación de julio de 2010. Siguieron en el tiempo fotografías que lo mostraban complacido tras recibir las felicitaciones de Merkel y el FMI o rodeado en la Moncloa de los más grandes empresarios del país, que no cesaban de pedir más recortes, reformas y bajadas salariales.
La indignación fue en constante aumento. El 29 de septiembre de 2010 se produjo una huelga general y el 15 de mayo de 2011 surgió como una tromba el Movimiento 15-M, un fenómeno contestatario novedoso que exigía una “democracia real”. Una semana después, las elecciones autonómicas del 22 de mayo supusieron una severa derrota del PSOE, que era sólo un abrebocas de la próxima debacle en las generales. Pero Zapatero estaba desatado con sus reformas, convencido de que se estaba sacrificando por el bien de los españoles y ajeno a la contestación desde sus propias filas, sobre todo de los barones que habían sido arrollados en las elecciones autonómicas.
El 26 de agosto de 2011 se produjo un acontecimiento que, para muchos simpatizantes socialistas, constituye uno de las mayores vergüenzas en la historia reciente del partido: Zapatero, previo acuerdo con Rajoy, presentó un proyecto de ley para modificar la Constitución e introducir la obligación de la estabilidad presupuestaria como mandato constitucional. El artículo 135 de la Carta Magna fue reformado con los votos de PSOE y PP de modo que no solo consagra el equilibrio presupuestario, sino que otorga “prioridad absoluta” al pago de la deuda a los acreedores por encima de cualquier otra consideración. No hubo un referédum posterior para que los ciudadanos se pronunciaran.
El 20 de noviembre de 2011 se produjo la anunciada catástrofe electoral. Pero, poco antes de marcharse, con su Gobierno en funciones, Zapatero tomó el 25 de noviembre una decisión que para muchos ciudadanos quedará como símbolo de la sumisión del poder político al financiero: indultó al consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, condenado por el Tribunal Supremo, y añadió en el indulto una disposición que eliminaba los antecedentes penales del banquero de modo que pudiera seguir ejerciendo su cargo. Más tarde, en febrero de 2013, el tribunal anuló esa coletilla en una sentencia en que criticaba con dureza al ya expresidente del Gobierno. El indulto se produjo en un momento de máxima indignación popular contra los banqueros, a los que se veía como los principales causantes de la crisis.
Todo esto ocurrió después de aquel tempestuoso 12 de mayo de 2010 en que Zapatero pegó un volantazo a su política ante las presiones de la UE, Alemania y EEUU. Por supuesto que su mandato, que se prolongó más de siete años, tiene muchos otros aspectos que habría que poner en la balanza para hacer la valoración gobal de su legado. Con respecto a las opiniones de que Zapatero debió dimitir y convocar elecciones antes de acometer las reformas neoliberales, él podrá alegar -y lo ha hecho- que la situación era tan apremiante que no permitía dilaciones. Pero son muchos los ciudadanos que rechazan ese argumento y consideran que el presidente perdió una oportunidad de oro para dar una lección de democracia. Además, los acontecimientos han demostrado que todas esas políticas iniciadas por Zapatero, y continuadas con más entusiasmo por Rajoy, tienen sumida a España en el abismo.
¿Tan difícil es dimitir?"
Para qué necesitamos becas????....Eso pa' qué sirve????......si lo que tenemos que tener en este país son esclavos para la "Europa de los mercaderes".....y para esos que quieren tanto a Españistán y se llevan el dinero fuera de nuestro pais.....esos grandes empresarios "españoles"
Beatriz Jurado, gran "populista" cordobesa dice que el PSOE e IU "solo quieren a jóvenes borregos que sepan gritar y que les den palmas".......Después de decir eso seguramente ella recibió palmas de los otros "populistas" y quizás un "sobre".....
bebebebebebeeeeeebebeeeebbeeeeeebeeeee!!!!!!!!!
En Españistán solo se esfuerzan estos "populistas".....recibiendo sobresueldos y viajando a Suiza a ver la nieve.....y gracias.
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En Españistán solo se esfuerzan estos "populistas".....recibiendo sobresueldos y viajando a Suiza a ver la nieve.....y gracias.
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