Victor Lenore.
Ya lo decía la letra de Los Planetas "van a pagarte lo mismo/por el doble de trabajo/si no haces algo para remediarlo ("canción del fin del mundo")
El gráfico del Instituto Nacional de Estadística dibuja la situación: los beneficios empresariales crecen sin freno, mientras los salarios se adormecen o se desploman. “Es un problema de reparto de riqueza. El país nunca fue bien, solo fue bien para cuatro”, decía Nacho Vegas desde la Puerta del Sol. Esta desigualdad sostenida fue la pauta hasta 2008, el último año que abarca la estadística. A partir de ahí todos sabemos lo que ha ocurrido por experiencia propia: en 2009 se abre la veda para los despidos masivos, ampliación de la edad de jubilación, rebaja de las indemnizaciones por despido, ataques a la sanidad pública y rescates bancarios con fondos estatales (también se transfirieron millones de nuestros impuestos a las constructoras mediante el Plan E). La tasa de beneficio de la Bolsa ya no satisfacía a las grandes fortunas, así que se lanzaron a presionar a los políticos para engullir o desvirtuar los recursos comunes (agua, sanidad, deuda pública o incluso la educación, mediante el Plan Bolonia). Los dirigentes españoles, tanto del PSOE como del PP, cedieron en todo y más. En mayo tuvieron el primer movimiento de contestación masiva.
Lemas y pancartas
La Puerta del Sol, un insípido paseo comercial, se transformó en vibrante plaza pública. Poco a poco, paredes, quioscos y farolas se cubrieron de dibujos, mensajes y octavillas. ¿El más celebrado? “No somos antisistema, el sistema es antinosotros”. ¿El más popular? “Generación Ni PSOE, Ni PP”. ¿El más desarmante? “No hablo español y me engañan con la factura de la luz”. Abundaban las fotocopias de las viñetas de El Roto, como esa donde un ricachón entra en su limusina diciendo: “Las conquistas sociales se han quedado obsoletas: os las vamos a quitar para modernizarlas”. El mayor símbolo de la revuelta fue un anuncio gigante de cosméticos con la imagen de Paz Vega: el martes 17 estaba inmaculado y tres días después acabó irreconocible, con “L’Oreal” convertido en “Democracia Real” y el añadido de una foto de Heinrich Himmler (jefe de las SS) con orejas de Mickey Mouse y el símbolo del euro en la frente. “No nos representan”, se leía debajo. Otra pancarta afirmaba que “Violencia es cobrar 600 euros”, aunque alguno había tachado la cifra para poner 400. ¿Lo más coreado? “PSOE y PP, la misma mierda es”.
Impresionante organización
Pasar horas en Sol era una sorpresa constante. Sobre todo por la eficacia de la organización. “¿Hay algún traductor de árabe o de rumano?”, preguntaba un chico a través de un megáfono el miércoles a las once de la noche. “Ese va a ser el próximo paso en unos años: cuando los inmigrantes se incorporen de verdad a las protestas”, soltaba un sociólogo treintañero en un corrillo. Las comisiones de “respeto” y “limpieza”, gestionadas por acampados y voluntarios, consiguieron mantener el orden en todo momento. Tampoco se desmandó el consumo de alcohol. “Revolución no es botellón”, recordaban las pancartas. ¿El gran triunfo silencioso? La campaña electoral, con sus mensajes precongelados, pronto perdió todo interés, tanto en la calle como en los medios. El PSOE tenía previsto un mitin de fin de fiesta en la vecina Plaza Mayor, pero decidió trasladarlo al extrarradio de la ciudad (IFEMA) por pavor o vergüenza.
Perder el miedo
Un buen resumen: “El discurso del ‘no hay más remedio que hacer recortes’ nos tenía aturdidos. Estas manifestaciones han servido para romper ese bloqueo. El gran problema político es el cuestionamiento de la propiedad de la riqueza social. Cualquier transformación pasa por ahí. Existen medidas concretas que se mueven en esa dirección como una Renta Básica (salario social universal) o una reforma fiscal que grave las rentas más altas. Solo hace falta perder el miedo para empezar un ciclo de luchas, indignación y organización política que amplíe el campo de lo posible”. Lo dijo el sociólogo Isidro López, coautor de “La crisis que viene”, tras la presentación del texto en la Puerta del Sol. Unas trescientas personas escuchaban calladas y atentas. El libro se puede descargar gratis en PDF en la página www.traficantes.net
Ataque a nuestros derechos
Más reflexiones interesantes: “Repasemos los palos más grandes que ha recibido la sociedad civil en este país: pensemos en la reconversión industrial en los ochenta, en las diversas reformas laborales que han ido aumentando la precariedad y recortando derechos, en la reciente reforma de las pensiones o en la pérdida de progresividad del sistema fiscal. Algunos de estos ‘logros’ son de responsabilidad compartida PP-PSOE. Otros, los más, son una hazaña exclusiva del PSOE. Los partidos en el gobierno no hacen lo que está en sus programas electorales ni lo que dicta la ideología de sus padres fundadores, sino única y exclusivamente lo que el pueblo les permite. Un gobierno del PSOE sometido a la presión de los mercados y la UE puede ser más dañino que uno del PP si encuentra frente a sí una sociedad civil desactivada por el chantaje del miedo y unos sindicatos dispuestos a pactar lo que haga falta. Un gobierno del PP podría provocar una decidida y radical oposición de la población y, quizás, la vuelta al escenario de al menos una parte de esos sindicatos que con el PSOE parecen haber capitulado definitivamente. Es la hora de defendernos a toda costa de lo que es el ataque organizado más amplio que se ha producido jamás contra nuestro bienestar”. Extracto de Madrilonia.org, 18 de mayo.
Y a partir de ahora, ¿qué?
A día de hoy, los acampados de Madrid habían decidido en asamblea seguir hasta el 29 de mayo, mientras que los de Barcelona pensaban aguantar hasta el 15 de junio. Otras ciudades votaron distintas estrategias. Pase lo que pase, esta explosión popular ha supuesto un triunfo histórico de Democracia Real Ya. En todo caso, el protagonismo no es solo suyo, sino de una modesta pero extensa red de movimientos sociales que nutrieron la protesta. Llevan años trabajando y seguirán cuando cesen las acampadas. Me refiero al Patio Maravillas (lugar de las primeras reuniones), Ecologistas en Acción, Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Xarxa de Consum Solidari o pequeñas editoriales sociales como Icaria, Melusina, Virus, La Catarata, Capitán Swing y La Oveja Roja, entre otras. Por supuesto, tampoco hay que quitar mérito a Stéphane Hessel, veterano de la lucha contra la ocupación nazi, que este año arrasó en las listas de ventas con su panfleto “¡Indignaos!”, que ya ha despachado cuatrocientas mil copias en nuestro país.
http://www.rockdelux.com/opinion/p/15-m-ii-cinco-cosas-que-han-cambiado.html
El movimiento 15-M sigue creciendo. Cientos de miles de personas tomaron la calle el 19 de junio en más de sesenta ciudades españolas. Las próximas convocatorias del movimiento son una marcha hacia Madrid el 23 de julio y un referéndum popular por la reforma de la ley electoral el 15 de octubre (también se está debatiendo una huelga). Alcancen o no sus objetivos, las movilizaciones ya han mejorado mucho las inercias políticas en España. Esta es una pequeña lista de cosas que han logrado...
1) Adiós a la apatía política. Se ha pasado de la queja a la acción colectiva. Se superó el derrotismo frente a las reformas laborales, mareas privatizadoras y rescates bancarios con dinero público. Uno de los ejemplos más eficaces de resistencia es la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Hasta ocho desahucios se han neutralizado en una semana, gracias a voluntarios que impedían el paso a policías y secretarios judiciales. Se trata de un movimiento de oposición civil pacífica frente a las “cláusulas abusivas” y “condiciones irregulares” de los contratos bancarios. Se lucha por la “dación en pago”, que consiste en saldar la deuda entregando la casa al banco. Entre los años 2007 y 2011 hubo quinientas mil ejecuciones hipotecarias en España, donde el estado primó el beneficio bancario por encima del derecho constitucional a una vivienda digna.
2) Grietas en el monopolio de los medios. Antes los movimientos sociales tenían que pedir espacio en la prensa; ahora se usan canales paralelos, especialmente internet. Las Asambleas de Sol llegaron a emitirse por streaming. Un vistazo a su funcionamiento confirmaba la infinita paciencia y sentido democrático para alcanzar acuerdos por consenso (el levantamiento de la acampada llegó a estar bloqueado por solo tres disidentes). Gracias a YouTube se expandieron vídeos tan emocionantes como el que muestra a la primera veintena de personas que acamparon en Sol o tan relevantes como el que señala a los miembros de la policía secreta infiltrados en una manifestación en Barcelona. También ha sido muy activo el papel de Twitter. Este fue uno de los mensajes más contundentes del hashtag #motivos19-J: “¿Precio de los rescates bancarios solo en 2009? 18’5 billones de dólares. 350 veces el coste de erradicar el hambre en el mundo”.
Pasar horas en Sol era una sorpresa constante. Sobre todo por la eficacia de la organización. “¿Hay algún traductor de árabe o de rumano?”, preguntaba un chico a través de un megáfono el miércoles a las once de la noche. “Ese va a ser el próximo paso en unos años: cuando los inmigrantes se incorporen de verdad a las protestas”, soltaba un sociólogo treintañero en un corrillo. Las comisiones de “respeto” y “limpieza”, gestionadas por acampados y voluntarios, consiguieron mantener el orden en todo momento. Tampoco se desmandó el consumo de alcohol. “Revolución no es botellón”, recordaban las pancartas. ¿El gran triunfo silencioso? La campaña electoral, con sus mensajes precongelados, pronto perdió todo interés, tanto en la calle como en los medios. El PSOE tenía previsto un mitin de fin de fiesta en la vecina Plaza Mayor, pero decidió trasladarlo al extrarradio de la ciudad (IFEMA) por pavor o vergüenza.
Perder el miedo
Un buen resumen: “El discurso del ‘no hay más remedio que hacer recortes’ nos tenía aturdidos. Estas manifestaciones han servido para romper ese bloqueo. El gran problema político es el cuestionamiento de la propiedad de la riqueza social. Cualquier transformación pasa por ahí. Existen medidas concretas que se mueven en esa dirección como una Renta Básica (salario social universal) o una reforma fiscal que grave las rentas más altas. Solo hace falta perder el miedo para empezar un ciclo de luchas, indignación y organización política que amplíe el campo de lo posible”. Lo dijo el sociólogo Isidro López, coautor de “La crisis que viene”, tras la presentación del texto en la Puerta del Sol. Unas trescientas personas escuchaban calladas y atentas. El libro se puede descargar gratis en PDF en la página www.traficantes.net
Ataque a nuestros derechos
Más reflexiones interesantes: “Repasemos los palos más grandes que ha recibido la sociedad civil en este país: pensemos en la reconversión industrial en los ochenta, en las diversas reformas laborales que han ido aumentando la precariedad y recortando derechos, en la reciente reforma de las pensiones o en la pérdida de progresividad del sistema fiscal. Algunos de estos ‘logros’ son de responsabilidad compartida PP-PSOE. Otros, los más, son una hazaña exclusiva del PSOE. Los partidos en el gobierno no hacen lo que está en sus programas electorales ni lo que dicta la ideología de sus padres fundadores, sino única y exclusivamente lo que el pueblo les permite. Un gobierno del PSOE sometido a la presión de los mercados y la UE puede ser más dañino que uno del PP si encuentra frente a sí una sociedad civil desactivada por el chantaje del miedo y unos sindicatos dispuestos a pactar lo que haga falta. Un gobierno del PP podría provocar una decidida y radical oposición de la población y, quizás, la vuelta al escenario de al menos una parte de esos sindicatos que con el PSOE parecen haber capitulado definitivamente. Es la hora de defendernos a toda costa de lo que es el ataque organizado más amplio que se ha producido jamás contra nuestro bienestar”. Extracto de Madrilonia.org, 18 de mayo.
Y a partir de ahora, ¿qué?
A día de hoy, los acampados de Madrid habían decidido en asamblea seguir hasta el 29 de mayo, mientras que los de Barcelona pensaban aguantar hasta el 15 de junio. Otras ciudades votaron distintas estrategias. Pase lo que pase, esta explosión popular ha supuesto un triunfo histórico de Democracia Real Ya. En todo caso, el protagonismo no es solo suyo, sino de una modesta pero extensa red de movimientos sociales que nutrieron la protesta. Llevan años trabajando y seguirán cuando cesen las acampadas. Me refiero al Patio Maravillas (lugar de las primeras reuniones), Ecologistas en Acción, Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Xarxa de Consum Solidari o pequeñas editoriales sociales como Icaria, Melusina, Virus, La Catarata, Capitán Swing y La Oveja Roja, entre otras. Por supuesto, tampoco hay que quitar mérito a Stéphane Hessel, veterano de la lucha contra la ocupación nazi, que este año arrasó en las listas de ventas con su panfleto “¡Indignaos!”, que ya ha despachado cuatrocientas mil copias en nuestro país.
http://www.rockdelux.com/opinion/p/15-m-ii-cinco-cosas-que-han-cambiado.html
El movimiento 15-M sigue creciendo. Cientos de miles de personas tomaron la calle el 19 de junio en más de sesenta ciudades españolas. Las próximas convocatorias del movimiento son una marcha hacia Madrid el 23 de julio y un referéndum popular por la reforma de la ley electoral el 15 de octubre (también se está debatiendo una huelga). Alcancen o no sus objetivos, las movilizaciones ya han mejorado mucho las inercias políticas en España. Esta es una pequeña lista de cosas que han logrado...
1) Adiós a la apatía política. Se ha pasado de la queja a la acción colectiva. Se superó el derrotismo frente a las reformas laborales, mareas privatizadoras y rescates bancarios con dinero público. Uno de los ejemplos más eficaces de resistencia es la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Hasta ocho desahucios se han neutralizado en una semana, gracias a voluntarios que impedían el paso a policías y secretarios judiciales. Se trata de un movimiento de oposición civil pacífica frente a las “cláusulas abusivas” y “condiciones irregulares” de los contratos bancarios. Se lucha por la “dación en pago”, que consiste en saldar la deuda entregando la casa al banco. Entre los años 2007 y 2011 hubo quinientas mil ejecuciones hipotecarias en España, donde el estado primó el beneficio bancario por encima del derecho constitucional a una vivienda digna.
2) Grietas en el monopolio de los medios. Antes los movimientos sociales tenían que pedir espacio en la prensa; ahora se usan canales paralelos, especialmente internet. Las Asambleas de Sol llegaron a emitirse por streaming. Un vistazo a su funcionamiento confirmaba la infinita paciencia y sentido democrático para alcanzar acuerdos por consenso (el levantamiento de la acampada llegó a estar bloqueado por solo tres disidentes). Gracias a YouTube se expandieron vídeos tan emocionantes como el que muestra a la primera veintena de personas que acamparon en Sol o tan relevantes como el que señala a los miembros de la policía secreta infiltrados en una manifestación en Barcelona. También ha sido muy activo el papel de Twitter. Este fue uno de los mensajes más contundentes del hashtag #motivos19-J: “¿Precio de los rescates bancarios solo en 2009? 18’5 billones de dólares. 350 veces el coste de erradicar el hambre en el mundo”.
3) Vuelco en las listas de ventas de libros. Hace décadas que resulta impensable que un ensayo político domine la lista de best sellers. Es el caso de “¡Indignaos!”, de Stepháne Hessel, con prólogo de José Luis Sampedro, que ha superado los doscientos mil ejemplares. Esta semana llega a las librerías “¡Comprometeos!”, una secuela que tiene pinta de tomar el relevo. Más que una anécdota, se trata de una tendencia editorial de imprevisibles consecuencias, como prueba el éxito de “Reacciona”, un libro colectivo hecho en España intentando pillar la ola creada por Hessel. Ya lleva vendidos más de sesenta mil ejemplares. Ninguno de estos libros descubre nada nuevo, ni tienen mucho voltaje político, pero seguro que las grandes editoriales intentarán beneficiarse de esta corriente (muchas de las pequeñas llevan años editando excelentes ensayos económicos y sociales). ¿Volverán los tiempos en los que Marx y Marcuse estaban en todos los escaparates? No estaría mal. El filósofo más admirado del siglo XXI, Slavoj Zizek, es quien mejor ha descrito la situación que sufrimos: “Vivimos una época que promueve los sueños tecnológicos más delirantes, pero no quiere mantener los servicios públicos más necesarios”.
4) Demolición del prestigio de la clase política. El rechazo general hacia los políticos profesionales apenas les había puesto nerviosos. Ahora sí parecen estarlo, como demuestran sus declaraciones más recientes, entre agresivas y negadoras de la realidad. Artur Mas calificó el movimiento 15-M de “minoritario”, Esperanza Aguirre usó el adjetivo “totalitario” y Carod-Rovira pidió “que se meen en España”. La clase política se ha situado en niveles históricos de desprestigio por su pasividad o complicidad con la rapiña empresarial (privatizaciones) y su nulo apoyo a programas de redistribución de la riqueza (ni siquiera la modesta Tasa para las Transacciones Financieras). ¿Una prueba de sus logros? En 2002 el gasto de mantener una familia era de 15.970 euros anuales; en 2009 se había disparado hasta 30.411. Zapatero prometió alcanzar en su segunda legislatura un salario mínimo interprofesional de 800 euros mensuales, pero ya ha avisado de que no pasará de 657, una cantidad menor que la asignada por Grecia, donde se cobran 740 (¿no es posible aquí lo que puede hacer un país que necesita rescates?). En toda la Unión Europea solo se paga menos en Portugal. En este clima de miseria salarial y cinco millones de parados, el movimiento 15-M demuestra que una gran parte de la población apuesta por salidas a la crisis distintas de las recetas neoliberales que nos metieron en el hoyo.
4) Demolición del prestigio de la clase política. El rechazo general hacia los políticos profesionales apenas les había puesto nerviosos. Ahora sí parecen estarlo, como demuestran sus declaraciones más recientes, entre agresivas y negadoras de la realidad. Artur Mas calificó el movimiento 15-M de “minoritario”, Esperanza Aguirre usó el adjetivo “totalitario” y Carod-Rovira pidió “que se meen en España”. La clase política se ha situado en niveles históricos de desprestigio por su pasividad o complicidad con la rapiña empresarial (privatizaciones) y su nulo apoyo a programas de redistribución de la riqueza (ni siquiera la modesta Tasa para las Transacciones Financieras). ¿Una prueba de sus logros? En 2002 el gasto de mantener una familia era de 15.970 euros anuales; en 2009 se había disparado hasta 30.411. Zapatero prometió alcanzar en su segunda legislatura un salario mínimo interprofesional de 800 euros mensuales, pero ya ha avisado de que no pasará de 657, una cantidad menor que la asignada por Grecia, donde se cobran 740 (¿no es posible aquí lo que puede hacer un país que necesita rescates?). En toda la Unión Europea solo se paga menos en Portugal. En este clima de miseria salarial y cinco millones de parados, el movimiento 15-M demuestra que una gran parte de la población apuesta por salidas a la crisis distintas de las recetas neoliberales que nos metieron en el hoyo.
5) Fin de la Cultura de la Transición. El periodista Guillem Martínez ha acuñado un término especialmente útil para entender lo que ha pasado en España en los últimos treinta y pico años. Se llama Cultura de la Transición (CT). Así lo explica el autor: “La CT es la gran aportación de las izquierdas a la Transición española. En un momento en el que se decide hacer un esfuerzo de cohesión, las izquierdas, zas, desarticulan la cultura, que deja de ser el territorio en el que se crea lo problemático, para ser un territorio más en el que se crea la cohesión”. A cambio de esta ayuda, el estado ofreció un generoso programa de honores, subvenciones e infraestructuras para el gremio de las artes y las letras. “La CT es una cultura tutelada que tutela. Para el referéndum de la OTAN, la CT ya estaba equipada de serie y funcionó a tutiplén. De hecho, los intelectuales locales practicaron entonces la cohesión y el no sabe/no contesta. El intelectual no se mete en política salvo para darle la razón al estado”, remata Martínez. Siempre hubo excepciones, pero gracias al movimiento 15-M, la cultura popular ha pasado de un insípido consenso a la confrontación masiva y pacífica.
Posdata de Rockdelux: Esta revista quiere unirse al rechazo frente a los actos de hostigamiento a varios parlamentarios catalanes el pasado 15 de junio. Democracia Real Ya y el resto de “indignados” se ha desmarcado por completo de estas prácticas, que no se han repetido. También hay que condenar la represión policial y los intentos de reventar manifestaciones del Conseller de Interior, Felip Puig, por los que todavía no ha dimitido, ni se ha disculpado.
Posdata de Rockdelux: Esta revista quiere unirse al rechazo frente a los actos de hostigamiento a varios parlamentarios catalanes el pasado 15 de junio. Democracia Real Ya y el resto de “indignados” se ha desmarcado por completo de estas prácticas, que no se han repetido. También hay que condenar la represión policial y los intentos de reventar manifestaciones del Conseller de Interior, Felip Puig, por los que todavía no ha dimitido, ni se ha disculpado.
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