Huerta calesa contra Calblanque
27.08.2011 -
JOSÉ MARIA POZUELO YVANCOS
No aprendemos. Parece que turismo sea equivalente a más ladrillo, más masificación, más discotecas, mas pub, más ruido low cost. Justo cuando en Lloret de Mar (también en Mallorca) los propios empresarios hosteleros asisten despavoridos a los lodos que trajeron aquellos polvos del turismo 'low cost', nosotros parecemos perseguir ese espejismo.
Hay dos modelos: La Manga y Calblanque. En La Manga que fue en su día un espacio privilegiado ya no se puede elegir. Uno piensa qué maravilla (también económica) sería si en vez de las trescientas torres de apartamentos hubiera tan sólo treinta o cuarenta, las de los hoteles que traerían quincenalmente cuarenta mil personas gustosas de disfrutar un espacio privilegiado. Hoteles a dos torres por cada kilometro lineal. Ese turismo aportarían mucha riqueza y puestos de trabajo. Lo demás debía haber sido viviendas bajas, parques, dunas, espacios libres y paseos junto a dos mares, también conjuntos deportivos (en ninguna reunión de Empresarios de Hostemur con el Consejero veo reivindicar lugares deportivos o zonas verdes de esparcimiento; en las que hay quieren más ZM, allá ellos).
Pero basta ya de nostalgias. En La Manga no se puede elegir. Queda Calblanque y queda Marina Cope para elegir. Se puede ser depredador (ya se sabe, gallina de huevos de oro, ladrillos, coge el dinero y corre) y se puede ser inteligente empresario. Y hay un ejemplo bien cercano a La Manga y a la propia Calblanque. La conocida como La Manga Club fue un espacio inteligente creado por empresarios que sabían lo que querían. Era un lugar privilegiado que traía dinero y turismo de alto standing, y como era una gallina de huevos de oro, se pusieron a venderla varias, muchas veces. Goerge Soros (sí, ese especulador que se hace el filántropo) la compró a su dueño anterior; en pocos años duplicó el espacio edificado y la vendió. Hyat la cadena de hoteles de alto standing que regentaba el Juan Carlos I, echo a correr. A la gente rica no se la engaña con la misma facilidad que al 'low cost'. Y La Manga Club comenzó a perder status conforme crecían los dúplex en su interior. Menos vuelos, menos negocios y menos riqueza para todos a costa de unos pocos que recibieron mucho dinero y echaron a correr.
Ahora como quedan los rescoldos de esa fama y está al lado Calblanque ( todavía no quemado del todo, pero con otros rescoldos) quieren construir en Huerta Calesa, en el paraje de Atamaria, cuatrocientas viviendas. Quedo pasmado al leer en quienes lo defienden que se trata «solo» de 400 y de que habrá un espacio de 30 metros (¿tantos?) de separación del parque de Calblanque. Vaya… les parece mucha protección.
Hay un informe de Medio Ambiente desaconsejando esa urbanización y la Comunidad Autónoma (Vivienda y Territorio) arguye que tal informe es preceptivo pero no es vinculante, que decida el Ayuntamiento… Como en su día hicieron San Javier y la propia Cartagena con La Manga. Metamos mucha gente, vendamos varias veces Calblanque y alrrededores y luego sigamos con Marina Cope.
Alguien habrá que recuerde dentro de veinte años lo que podría haberse hecho en la costa de Murcia, y lo que habría sido turísticamente y económicamente nuestra región con esos espacios verdes vírgenes y parques Naturales únicos ya en el Mediterráneo. Bien organizados sin afanes ladrillescos, podrían haber sido un bien económico de primera magnitud. ¿Pero es que no hay entre los propios empresarios y entre los políticos alguno que grite que no podemos cometer el mismo error tantas veces? Cala Reona en Cabo Palos era un espacio de privilegio, ahora es una discoteca todo el dia, vecina, eso sí, de Calblanque. Soy testigo de que metido en espacios del propio Parque se oye el tun tun de los bafles de Cala Reona. Que siga la fiesta, más discotecas, mas pubs, ya puestos podemos meter un mega discoteca en la propia playa de Calblanque. Sería guay, y vendrían de todas partes con litronas a estar todo el día, se pondrían ciegos… Habría mucha gente, que de eso no quepa duda. El paisaje del día después y de años después se parecería a La Manga.
Debimos haber hecho caso a quienes entonces lo decían.
Elijamos otro modelo turístico donde todavía podemos hacerlo
Cuanta razón....Cuanta razón.....Y si su nostalgia se hubiera cumplido?...Qué bello sería todo!!!.
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