"Morenés debe ser cesado"
Suso del Toro - 08/01/2013.
"Un país que tiene un Ministro de Defensa como el
señor Morenés está muy mal, Morenés es el síntoma más evidente de una
patología muy seria. Y no me estoy refiriendo a la probable
incompatibilidad entre sus negocios como fabricante de armas y su cargo.
Aunque si ningún partido de la oposición la ha señalado será que no
existe.
Hay síntomas evidentes de una patología
nacional que se manifiestan de forma crónica y que ya parecen
constitutivos del organismo, como la relación con el pasado. El caso del
juez Garzón es una manifestación de lo que llamaría “el síndrome de la
mujer de Lot”, que fue transformada en estatua de sal por desobedecer la
prohibición de no volver la vista atrás. Constantemente se nos avisa de
todas las maneras de que no se puede mirar hacia atrás, el pasado está
prohibido. A quien pretenda conocer o dar a conocer lo que ocurrió en la
guerra y el franquismo: “No hay que revolver el pasado. Es peligroso.
Qué manía de mentar siempre el franquismo. Los unos y los otros hicieron
cosas malas. Ya quedó atrás y es historia. No poner en peligro los
logros de la Transición. Cuidadito”. En cambio los que están interesados
en que no se investigue o desvele lo ocurrido se vanaglorian con todo
descaro, igual revalidan la transmisión de títulos nobiliarios
ensangrentados en la Guerra Civil como conmemoran las gestas de los
generales africanistas, como acaba de hacer el ministro Morenés con los
muertos en la campaña de Annual.
El desastre de
Annual es justamente una piedra de toque de la barbarie que fundó el
terrible siglo XX español y que, por lo que se ve, no quieren que
desaparezca completamente. Cuando las Cortes investigaron las
irresponsables decisiones militares que conllevaron aquella masacre, el
“informe Picasso”, los militares africanistas dieron el golpe de estado
de Primo de Rivera. Los mismos militares que unos años más tarde
conspiraron contra la II República e iniciaron la guerra. Recordar
Annual sólo debiera servir para condenar el militarismo, el africanismo
español, el colonialismo de una guerra cruel contra la población
indígena y la irresponsabilidad de unos mandos que veían las campañas
como la gran oportunidad para ascender de rango sin importarle las vidas
de los indígenas y ni siquiera las de los reclutas españoles. Pero este
ministro ha vuelto a traernos ese episodio lamentable desde todos los
puntos de vista y a reivindicarlo.
El franquismo es
tabú, pero tampoco se puede mentar el pasado inmediato. No sólo se nos
prohíbe conocer el tiempo de nuestros padres o abuelos, ni siquiera
podemos recordar el nuestro, el gas de una amnesia falsa pero
obligatoria culpabiliza nuestra propia memoria. La memoria democrática
no son “treinta y pico años ejemplares”, etc, sino el recuerdo y el
conocimiento de los peligros que acecharon y acechan a la democracia y
la misma paz. No me refiero al terror y luego el miedo que vivieron
nuestros mayores y que nos transmitieron para protegernos de los lobos,
me refiero a la memoria reciente. Generaciones de ciudadanos españoles
–que viven, trabajan o, estando aún en edad laboral, están en paro–
conocieron en su día los estados de excepción franquistas y fueron bien
informados para su escarmiento de los cinco jóvenes fusilados en
instalaciones militares en el 75, del golpe de estado del 81 y de otros
intentos antes, quién sabe si después. En todos esos casos, varones
jóvenes que servían como reclutas en el Ejército fueron acuartelados,
armados con munición real y algunos trasladados para ocupar
instalaciones civiles. Me refiero al miedo que nace del conocimiento de
que en España el Ejército a lo largo del siglo XX le hizo la guerra
varias veces al pueblo español. Es lo más triste y lo más vergonzoso, lo
más contrario a lo que se considera “gloria militar”, pero ésa es
nuestra historia. Y ese recuerdo también está sepultado por toneladas de
propaganda que cantan las maravillas de nuestra Transición y nuestra
democracia, culpabilizando los mismos recuerdos. Morenés sabe que
recordamos esas cosas, que nos deberían haber vacunado contra las
tentaciones de la libertad, y lo que hizo fue apelar a nuestro miedo. Lo
que ha hecho el ministro de Defensa es gravísimo: ha utilizado
políticamente al Ejército pero rebajándolo a sus peores momentos. Nos ha
avisado de que aquel Ejército sigue ahí, que está tranquilo pero que
puede mordernos otra vez. ¿De verdad es así el Ejército español actual?
Si no es así, que vergüenza deben de sentir los oficiales que crean que
su deber es servir a la ciudadanía y no atacarla. Alguien debería decir
que Morenés miente y que es indigno de su cargo.
Como
vergüenza nos debiera dar a todos que el estado que pagamos sea un
instrumento de políticas contra una parte de la ciudadanía, como fue que
el CESID espiase en época de Manglano, como informó esta web,
a la familia Pujol y no a otras personas de ideología contraria. Eso sí
es deslealtad. Cuando el Estado actúa así, ¿es el Estado España? ¿Qué
España es ésa? Cómo no temer a la España de esa gente que nos hiela el
corazón.
Lo que no comprenden es que han pasado los
años, las décadas, y han nacido nuevas generaciones que no han conocido
esos miedos y son más libres que sus mayores, tienen problemas y
protestan y cuando les mandan a la policía para pegarles, se indignan
porque creen que la policía y el ejército están para protegerles. El
miedo va perdiendo su efectividad y los catalanes salen a las calles e
igual que antes pedían masivamente, “ llibertat, amnistia, estatut d`autonomia” ahora piden otra cosa. Y tienen todo el derecho democrático a hacerlo sin que se les amenace nuevamente.
Morenés fue un nombramiento muy equivocado, entre otros, debería haber sido cesado justo cuando se supo que ocultó informaciones que afectaban a su responsabilidad. Deontológicamente es incompatible que un fabricante de armas gobierne el ministerio que las compra. Qué país es éste.
La democracia española es muy pero que muy escasa en demócratas, no es
cierto que todo el mundo sea demócrata, ni de broma. Aquí hay la
democracia que haya porque alguna gente luchó contra el fascismo y
cuando dejamos de defender la democracia y somos débiles nos vuelven a
amenazar los de siempre, los dueños del pasado. Podrá parecer
inverosímil que en la Unión Europea un gobierno mande al ejército a
ocupar un territorio pero lo inverosímil es con lo que juegan y con lo
que nos amenazan. Parecerá increíble pero debemos creerles, por eso en
España hay que seguir siendo antifascista".
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