"Como ustedes saben, este periódico es muy bien hablado. Procuramos,
por ejemplo, no decir que estamos hasta los cojones para expresar que
estamos hartos. Y evitamos en lo posible palabras como mierda. Así que
cuando a uno le entran ganas de decir que está hasta los cojones de no
ver más que mierda desde que se levanta hasta que se acuesta, se reprime
y pone que ya vale, cáspita, de provocar. A ver si no es una
provocación lo de los 38 millones de Bárcenas, reunidos a base de llevar
la contabilidad de una panadería por las noches y de vender
enciclopedias a domicilio los sábados por la mañana. ¿Cómo llamar, por
otra parte, a lo de su falso despido y al galimatías en diferido de
Cospedal, que en un minuto es capaz de decir más mentiras de las que
caben en dos horas? ¿Y cómo digerir lo de los 21.300 euros mensuales que
le pagaban las mismas personas que a usted y a mí nos imponen
austeridad y nos recomiendan aspirinas para la hepatitis? 21.300 euros,
por cierto, de usted y míos, ya que el PP se financia con nuestros
impuestos. Por si no bastara, ahora quizá tengamos que hacernos cargo
también del paro de ese multimillonario y evasor fiscal, valga la
redundancia, que maneja a Rajoy como a una marioneta.
Pero el telediario está empezando. Aún no ha salido la princesa Corinna echándonos en cara los trabajos confidenciales que ha realizado para este pobre país sin cobrarnos un duro (gracias), ni han emitido las imágenes de esa niña con epilepsia a la que Ana Mato ha condenado a muerte. Aún no ha aparecido el analista de turno que calificará a Monti de realista (¿desde qué idea de realidad?) y a Beppo Grillo de payaso (¿comparado, digamos, con Montoro?). Querido redactor jefe, ¿es o no es para escribir con todas las letras que estamos hasta los cojones de la mierda que nos obligan a tragar desde la mañana hasta la noche?"
Pero el telediario está empezando. Aún no ha salido la princesa Corinna echándonos en cara los trabajos confidenciales que ha realizado para este pobre país sin cobrarnos un duro (gracias), ni han emitido las imágenes de esa niña con epilepsia a la que Ana Mato ha condenado a muerte. Aún no ha aparecido el analista de turno que calificará a Monti de realista (¿desde qué idea de realidad?) y a Beppo Grillo de payaso (¿comparado, digamos, con Montoro?). Querido redactor jefe, ¿es o no es para escribir con todas las letras que estamos hasta los cojones de la mierda que nos obligan a tragar desde la mañana hasta la noche?"
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