Patricio Hernández Pérez:
"He mirado un diario digital esta noche. Leo que el tesorero (hasta hace poco) del partido que gobierna, que juraba ser inocente, es un defraudador y un corrupto con cuentas en Suiza multimillonarias relacionadas con los contratos de la red Gürtel; un poco más abajo veo al presidente de la Comunidad de Madrid reconociendo que es suyo un piso de superlujo en Marbella del que había negado ser propietario hasta que la policia lo ha descubierto en una investigación prohibida por el ministerio del Interior y desarrollada secretamente bajo amparo judicial; y veo un poco más abajo que un kamikaze condenado por haber matado y herido a unos inocentes y que tenía un abogado del bufete en que trabaja el hijo del ministro de Justicia ha sido indultado por el ministerio de Justicia ante la indignación de la familia del fallecido; y aún leo que se han encontrado nuevas pruebas que demuestran los despilfarros astronómicos de Urdangarín, miembro de la Casa Real, que hacía pagar cuentas de 30.000 euros al gobierno de Valencia de las habitaciones que ocupaba en un hotel con sus amigos. Y me he asombrado de mi páis y de mi pueblo ("intratable país de cabreros" a decir de Gil de Biedma). ¿Cómo no están ardiendo las calles, como no hay una revuelta popular que derribe el régimen de cleptómanos que nos gobierna mientras nos aplican la brutal política de recortes que está desangrando a la sociedad, sumiendo a miles de familias en la desesperación y haciéndolas depender de la caridad, expulsando a decenas de miles de jóvenes al exilio laboral...Cómo no hacemos un acto colectivo de desobediencia radical hasta que se vayan a su casa (o a otro planeta) los que mantiene secuestrados los espacios de representación de todos. ¿Qué nos pasa que aceptamos esta postración?"
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